Si alguna vez Lima es sede de las Olimpiadas, en algún futuro no muy lejano (Este sueño no es malo ni loco), las palabras de inauguración del Presidente del Perú tiene que ser en RUNASIMI o QUECHUA. Así como el Presidente de China, Hu Jintao, dio por inaugurado las Olimpiadas de Beijing en su idioma nacional milenario, el Mandarín; el Presidente del Perú de las Olimpiadas de Lima dos mil y tantos… declarará inaugurado estos eventos deportivos mundiales en el idioma milenario del Perú.
Todos los países del mundo observarán asombrados las costumbres y tradiciones del Perú, verán desfilar 5,000 años de cultura, desde Caral hasta la actualidad. Los terrícolas podrán apreciar con asombro cómo de las áridas tierras de Supe en Lima nace con mucho esplendor la civilización peruana, en medio de música de flautas, el flameante fuego sagrado y las pirámides.
Desfilarán ante sus ojos la cultura Chavín con sus misteriosas cabezas clavas, el lanzón monolítico y la estela de Raimondi. Surgirá de pronto el maravilloso arte textil de Nazca, sus ceramios polícromos y las figuras celestiales de las pampas del mismo nombre.
Deslumbrará el Señor de Sipán y sus acompañantes, rodeados de oro y plata, con sus séquitos lujosos sin comparación.
De pronto saldrán, en gran desfile marcial, los ejércitos imperiales de Wari y Tiawanaku con sus grandes ceramios y quipus. Seguirán los aymaras caóticos, cual bárbaros europeos, e implantarán nuevos reinos.
Surgirán los chancas, los huancas, los caxamarcas, los quechuas, etc. Aparecerán el Gran Chimú y el señor de Chincha sentados en andas de oro y piedras preciosas.
Todas las regiones ingresarán con sus vestimentas multicolores, danzarán con alegría y júbilo con una maravillosa coreografía típicamente peruana.
De pronto desde los cuatro suyos ingresará el más grande espectáculo jamás visto: El Hatun Sapa Inca, acompañado por un lujoso séquito de servidores en medio de música y flores, lo acompañará su disciplinado ejército imperial, en medio del júbilo general con sus unanchas, tambores y pututos. Allí precisamente surgirá el dios INTI, el expléndido sol, dios del Tahuantinsuyo.
Se aunarán al Inca, todos los pueblos del mundo, aportando con sus conocimientos, su cultura y su sangre para formar una moderna cultura llamada PERU.
En medio de este clímax el dios Illapu (El relámpago) rápido como él mismo, enciende la llama Olímpica, iniciándose el gran festejo de música, fuegos artificiales y danzas en los cuatro puntos cardinales del Tahuantinsuyo.
Por: Rosa Arroyo y Guillermo Huyhua
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